Es imposible imaginar un espectáculo más nauseabundo que el del plagiador.
Edgar Allan Poe
Este no es un artículo escrito expresamente para este blog, lo confieso. En realidad, se trata de una transcripción —casi literal— de un mensaje improvisado que di a mis alumnos con motivo de uno de los que podríamos calificar como más graves escándalos que han envuelto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación mexicana en la historia reciente.
Me refiero al reportaje publicado por Guillermo Sheridan en el portal Latin_Us que, a finales de 2022 (cuando la Universidad Nacional Autónoma de México y la propia Corte se encontraban de vacaciones por temporada navideña y en la víspera de elección de presidente de esta última), desenmascaró a una de las ministras integrantes de nuestro máximo tribunal y aspirante a presidirlo por el período 2023-2027 plagió la tesis profesional con la que obtuvo su título como licenciada en Derecho.
Insisto en que el texto que sigue es una transcripción de un discurso improvisado. Ruego al lector que sea un poco menos riguroso al momento de calificar su calidad.
* * *
Damas y caballeros, no sé si lo recuerden, porque es algo que pasó hace 15 días y las nuevas generaciones tienen la memoria de un charal, pero poco después de irnos todos de vacaciones, una ministra de la Suprema Corte se vio envuelta en un escándalo del que no ha salido.
Es más, yo creo que esto la va a perseguir por el resto de su carrera jurídica y política.
En un reportaje, salió publicado que la ministra plagió, palabra por palabra, su tesis de licenciatura.
Esta es una acusación gravísima. El plagio es un delito. Es una conducta reprochable desde cualquiera de las formas de normatividad social que estamos viendo en esta clase: es antijurídica, es inmoral, es una falta de respeto y —para quien sea creyente— es un pecado.
Hoy, están en entredicho: su nombramiento como ministra, sus sentencias, sus opiniones en el Pleno de la Corte y en la Sala a la que pertenece y, desde luego, su aptitud para encabezar al Poder Judicial de la Federación.
El solo señalamiento sería suficiente para que renuncie. Es gravísimo.
Pero la reflexión que quiero que ustedes hagan con motivo de estos acontecimientos es otra:
Analicen los tiempos.
La Ministra se tituló por la UNAM en 1987.
¡1987! ¡Hace exactamente 36 años! El doble de la edad promedio que tienen ustedes. Si alguno de ustedes tiene papás de menos de 40 años, en una de esas ni sus padres habían nacido cuando la ministra se tituló.
Esto es sólo para que se den una idea de cuánto tiempo ha pasado desde entonces.
Y a pesar de eso, el problema le vino a explotar en las manos a la ministra, justo cuando está en la cumbre de su trayectoria, justo cuando aspiraba a la presidencia de uno de los tres poderes de la Unión.
Treinta y seis años después.
Yo no voy a decir aquí si el plagio es cierto o no. Si la nota periodística que lo desenmascaró tenía algún interés político o no. Eso no me importa frente a ustedes.
Lo que sí me interesa es hacerles ver que cualquier error que cometan hoy, cualquier mala obra, tarde o temprano sale a la luz.
Por eso deben tener mucho cuidado con lo que hacen hoy. Deben tener mucho cuidado con la manera en que conducen su carrera.
Es la tercera ley de Newton, aplicada a la vida diaria: a cada acción corresponde una reacción en igual magnitud y dirección, pero en sentido opuesto. Sólo que no sabemos cuándo puede ocurrir esa reacción.
Puede ser inmediatamente, puede ser hoy mismo, mañana, en un año…
O 36 años después.
Piensen en la ministra Esquivel Mossa. Quien perdió la que quizá sea su única oportunidad de ser presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y, no sólo eso, sino que ahora está en duda su legitimidad, ya no como juzgadora, sino como abogada…
Piensen en ella cada vez que se les ocurra decir “YOLO”.
Piensen en eso cuando no quieran estudiar. Cuando les dé tentación pagarle a alguien por hacer un trabajo que les correspondería sólo a ustedes, cuando tengan tentación de mentir, de hacer mal las cosas.
Piensen que ustedes sólo tienen dos tareas:
- Cuidar su reputación
- Asegurarse de que les gusta lo que hacen
Si cumplen estas dos tareas, los aspectos más trascendentes de su vida estarán resueltos. Cuiden su reputación y asegúrense de hacer lo que les gusta. Con esto, su bolsa se llenará solita, los éxitos llegarán sin previo aviso y la felicidad se convertirá no en una meta, sino en una compañera permanente.
* * *
Espero que estas reflexiones te resulten útiles y que te ayuden a encontrar formas para monetizar tu conocimiento jurídico.
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